lunes, 14 de octubre de 2013

El anuncio de cierre de Falcondo genera un hervidero de tensiones

ANTIAGO (R. Dominicana).- Han pasado 42 años desde que la empresa Falconbridge Dominicana (Falcondo) comenzara a extraer metales básicos de las entrañas de la Cordillera Central. El cierre indefinido de sus operaciones, comunicado según reportes de prensa por sus ejecutivos el pasado lunes al presidente Danilo Medina, parece haber dejado en el 
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un hervidero de tensiones que auguran un trayecto conflictivo.
Aunque la transnacional desembarcó en 1955 para explorar el corazón del principal sistema montañoso del país, no fue hasta 1971 cuando comenzaron formalmente sus operaciones en Bonao con un contrato firmado por el entonces presidente Joaquín Balaguer en medio de grandes presiones sociales que obligaron a la empresa a compartir una ínfima parte de sus proyectadas ganancias con las comunidades alojadas sobre aquellas riquezas.
Sin contar las denuncias de incumplimiento de lo estipulado en el contrato para el desarrollo comunitario y la remediación ambiental, las relaciones entre Falcondo y el Estado dominicano han gozado en general de buena salud,  pues los informes rendidos por las partes dan cuenta de mutuos beneficios: la transnacional reporta jugosas ganancias en sus memorias anuales y el Banco Central registra periodos de cifras crecientes de las exportaciones de ferroníquel más los aportes en divisas que engrosan las cuentas nacionales.
Tal vez por eso para algunos llaman a dudas los argumentos esgrimidos por la minera para anunciar la suspensión de su proceso productivo y con ello el despido de más de mil trabajadores.
Impacto laboral
De acuerdo con la economista Lety Melgen, el cierre “temporal” de Falcondo coloca al gobierno en una posición de apuro no tanto por la pérdida de ingresos y el impacto negativo en las exportaciones, y con ello en la cuenta corriente de la balanza de pagos, sino en la tensión que esto produce en la política de empleo al sacar del mercado laboral a más de 1,000 trabajadores.
El probable bajo impacto en las exportaciones y los ingresos fiscales del gobierno para 2014 Melgen lo deriva de la tendencia al declive que desde el año pasado vienen registrando las exportaciones de ferroníquel, un negativo 7% en 2013 con relación al 2011, aparte de que este año el incremento de las exportaciones de oro amortiguan la caída en la generación de divisas del sector minero.
La merma en las operaciones de Falcondo tiene como causa principal, según lo que ha explicado José del Castillo Saviñón, ministro de Industria y Comercio, la caída del precio del níquel en los mercados internacionales. Según el funcionario, la minera no puede sostener sus operaciones debido a que en la actualidad el costo de producción de una libra de níquel es de alrededor de siete dólares, mientras que se cotiza a cinco dólares en el mercado internacional.

El impacto fundamental del cese “temporal” de Falcondo, argumenta,recaerá sobre la zona del Bajo Yuna, Bonao y La Vega, con la pérdida de aproximadamente 1,500 empleos directos.
Las explicaciones de Melgen y del ministro de Comercio orientan la mirada al conflicto laboral que implica el cierre de Falcondo, decisión a la que al parecer ha recurrido la empresa para capear los malos tiempos del mercado internacional del níquel.
Presión
La presión ha comenzado a sentirse con las protestas de supuestos trabajadores de la minera frente al Congreso y con las declaraciones deMiguelina de la Cruz, presidenta de la Cámara de Comercio y Producción de Bonao, quien llamó al presidente Medina a buscarle una salida a la “difícil situación” en que quedará la economía de la zona con la salida temporal de Falcondo.
“Somos nosotros, la clase comercial, quienes estamos soportando la crisis económica y ahora se agrega el despido de tanta gente que necesita su puesto de trabajo, eso afecta directamente nuestro comercio”, expresó la empresaria.
Pero no es la primera vez que Falcondo suspende sus operaciones. En agosto de 2008 anunció una medida similar por cuatro meses que se extendieron por tres años. El argumento de entonces consistió en que la empresa se embarcaría en un proceso de mejoras tecnológicas y en un plan de reparaciones de su infraestructura.
Igual que ahora soplaban vientos de crisis financiera mundial y los precios del níquel sufrían una estrepitosa caída para recuperarse en 2011, el mismo año en que, tal vez por coincidencia, la minera reanudó sus operaciones según sus propios datos con el 50% de los trabajadores que antes tenía.
De acuerdo con analistas consultados, la principal diferencia entre el cese “temporal” de operaciones decididas por Falcondo en 2008 y 2013, como estrategia para capear la caída del precio del níquel en el mercado internacional, es que ahora está de por medio la oposición de amplios sectores sociales y políticos a la explotación de Loma Miranda,obstáculo que antes no tenía y reserva sin la cual la minera se ve impedida de extender sus operaciones.
La conclusión eventual de los entendidos en la materia es que esta vez puede que lo temporal se convierta en un cierre definitivo obligando a la empresa, según lo estipulado en el contrato, a remediar no solo el pasivo laboral sino también el ambiental.

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