ANTIAGO (R. Dominicana).- Han pasado 42 años desde que la empresa Falconbridge
Dominicana (Falcondo) comenzara a extraer metales básicos de las entrañas de la
Cordillera Central. El cierre indefinido de sus operaciones, comunicado según
reportes de prensa por sus ejecutivos el pasado lunes al presidente Danilo
Medina, parece haber dejado en el
ambiente...
un hervidero de tensiones que auguran un
trayecto conflictivo.
Aunque la transnacional desembarcó en
1955 para explorar el corazón del principal sistema montañoso del país, no fue
hasta 1971 cuando comenzaron formalmente sus operaciones en Bonao con un
contrato firmado por el entonces presidente Joaquín Balaguer en medio de grandes presiones sociales que obligaron a la empresa a compartir una ínfima parte de sus
proyectadas ganancias con las comunidades alojadas sobre aquellas riquezas.
Sin contar las denuncias de incumplimiento de lo estipulado en el
contrato para el desarrollo comunitario y la remediación ambiental, las relaciones entre Falcondo y el Estado
dominicano han gozado en general de buena salud, pues los informes rendidos por las partes dan
cuenta de mutuos beneficios: la transnacional reporta jugosas ganancias en sus
memorias anuales y el Banco Central registra periodos de cifras crecientes de
las exportaciones de ferroníquel más los aportes en divisas que engrosan las
cuentas nacionales.
Tal vez por eso para algunos llaman a
dudas los argumentos esgrimidos por la minera para anunciar la suspensión de su
proceso productivo y con ello el despido de más de mil trabajadores.
Impacto laboral
De acuerdo con la economista Lety Melgen, el cierre “temporal” de Falcondo coloca al gobierno
en una posición de apuro no tanto por la pérdida de ingresos y el impacto
negativo en las exportaciones, y con ello en la cuenta corriente de la balanza
de pagos, sino en la tensión que esto produce en la política de empleo al sacar del mercado laboral a más de 1,000 trabajadores.
El probable bajo impacto en las exportaciones y los ingresos fiscales
del gobierno para 2014 Melgen lo deriva de la tendencia al declive que desde el
año pasado vienen registrando las exportaciones de ferroníquel, un negativo 7% en 2013 con relación al
2011, aparte de que este año el incremento
de las exportaciones de oro amortiguan la caída en la generación de divisas del
sector minero.
La merma en las operaciones de Falcondo tiene como causa principal,
según lo que ha explicado José del Castillo Saviñón, ministro de Industria y Comercio, la caída del
precio del níquel en los mercados internacionales. Según el funcionario, la
minera no puede sostener sus operaciones debido a que en la actualidad el costo
de producción de una libra de níquel es de alrededor de siete dólares, mientras
que se cotiza a cinco dólares en el mercado internacional.
El impacto fundamental del cese
“temporal” de Falcondo, argumenta,recaerá sobre la zona del Bajo Yuna, Bonao
y La Vega, con la pérdida de aproximadamente
1,500 empleos directos.
Las explicaciones de Melgen y del
ministro de Comercio orientan la mirada al conflicto laboral que implica el
cierre de Falcondo, decisión a la que al parecer ha recurrido la empresa para
capear los malos tiempos del mercado internacional del níquel.
Presión
La presión ha comenzado a sentirse con las protestas de supuestos
trabajadores de la minera frente al Congreso y con las declaraciones deMiguelina de la Cruz, presidenta de la
Cámara de Comercio y Producción de Bonao, quien llamó al presidente Medina a buscarle una salida a la “difícil
situación” en que quedará la economía de la zona con la salida temporal de
Falcondo.
“Somos nosotros, la clase comercial,
quienes estamos soportando la crisis económica y ahora se agrega el despido de
tanta gente que necesita su puesto de trabajo, eso afecta directamente nuestro
comercio”, expresó la empresaria.
Pero no es la primera vez que Falcondo
suspende sus operaciones. En agosto de 2008 anunció una medida similar por cuatro
meses que se extendieron por tres años. El argumento de entonces consistió en que la empresa se embarcaría en
un proceso de mejoras tecnológicas y en un plan de reparaciones de su
infraestructura.
Igual que ahora soplaban vientos de crisis financiera mundial y los
precios del níquel sufrían una estrepitosa caída para recuperarse en 2011, el
mismo año en que, tal vez por coincidencia, la minera reanudó sus operaciones
según sus propios datos con el 50% de los trabajadores que antes
tenía.
De acuerdo con analistas consultados, la principal diferencia entre el
cese “temporal” de operaciones decididas por Falcondo en 2008 y 2013, como
estrategia para capear la caída del precio del níquel en el mercado
internacional, es que ahora está de por medio la oposición de amplios sectores
sociales y políticos a la explotación de Loma Miranda,obstáculo que antes no tenía y reserva sin la cual la
minera se ve impedida de extender sus operaciones.
La conclusión eventual de los entendidos
en la materia es que esta vez puede que lo temporal se convierta en un cierre
definitivo obligando a la empresa, según lo estipulado en el contrato, a
remediar no solo el pasivo laboral sino también el ambiental.
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